Catorce años después de iniciar mi andadura laboral, harta de cursos de inglés, de contabilidad, y programas informáticos, decidí que me apetecía hacer un buen curso que no estuviese orientado a mi agobiante trabajo de oficina, sino a algo que realmente me gustase. Hacía ya varios años que dedicaba mi tiempo libre a aprender técnicas de adiestramiento canino y practicar agility, y pensé en hacer uno de peluquería canina, decidida a aprender un oficio que me permitiese unos ingresos extra y que además tuviese relación con mis aficiones.
En Style Dogs me ofrecieron horarios que se adaptaptaban a mi jornada laboral, y la trayectoria profesional de Carol Buiza, y la amabilidad y simpatía con que se me atendió desde el primer momento, hicieron que me decidiese por Style Dogs, decisión que cada día me alegra más haber tomado.
No es necesario hablar de la profesionalidad de Carol Buiza y de su equipo. Conseguir que una ratita de oficina como yo aprendiese un oficio tan artístico no debía ser cosa fácil, pero hicieron frente a la tarea con una paciencia infinita y lo que para mí es más importante, con un cariño que no esperaba encontrar en una relación profesor-alumno. Para mí, fue todo un descubrimiento estar en un aula donde además de trabajar, se explicaban trucos, y se charlaba animadamente de todo un poco. Mientras, no te dabas cuenta que te exigían cada día un poquito más, siempre siguiendo el ritmo individual de cada persona, y retrocediendo un paso si era necesario. El equipo Style Dogs al completo no sólo son unas grandes maestras, sino que además tienen una gran empatía y un corazón enorme. Desde estas líneas quiero mandarles a todas un besazo enorme.
En mi paso por Style Dogs aprendí un oficio, precioso, que ahora ejerzo a jornada completa en mi propio negocio. Pero no sólo eso, sino que conocí a personas fantásticas, apasionadas de su trabajo y de los animales.
En mi paso por Style Dogs mi vida cambió de rumbo. Gracias, muchas gracias, por todo.
Ana Mateu